domingo, 31 de agosto de 2008

130 Red

Si es cierto que uno aprende mas de sus errores que de sus aciertos, en estos tiempos me estoy haciendo sabio.
El problema: se compactó de manera irresoluble la cama de granos a mitad del lavado.
Por partes. En primer lugar, se me ocurrió cerrar una décima de milímetro mas la separación de los rodillos de la moledora. Esto no requiere mayor explicación, ni de las razones no de las consecuencias; lo que no esperaba era el cambio radical que tendría el rodillo (aunque, como se verá, hay otras variables cambiadas en forma simultánea, lo que complica mas el análisis).
En segundo lugar, llegó una nueva partida de malta. El estudio de la Hoja Técnica de esta partida y de la anterior arrojaba una diferencia en la proporción de betaglucanos; de 184 mg/l, a 206 mg/l.
El resto, en consonancia: Filtrabilidad mas lenta, mayor tiempo de sacarificación.
Bueno, esa diferencia es abismal. Sumado a la molienda fina, los betaglucanos formaron una pasta gris infiltrable, una suerte de coloide anti-tixotrópico que se negaba a pasar conforme uno aumentaba la velocidad de flujo.
Resultado: parar todo antes de completar el lavado, diluir el mosto de alta densidad con agua de preparación y obtener un rendimiento bajísimo (56%).
Aunque uno sabe que no debe modificar dos variables a la vez (nueva malta, otra graduación de la moledora), cada tanto se olvida.
Bueno, voy a hacer nuevas pruebas de molido, ensayaré con descanso de glucanasas...

viernes, 22 de agosto de 2008

129APA

El fin de semana pasado, alargado por el feriado corrido desde el domingo al lunes, resultó harto movido.
El sábado pasó el gran Chuky y señora, dejándome todo un cargamento de cervezas, el domingo viajamos con Olga a Santa Fe para la fiesta anual del grupo Somos Cerveceros y el lunes se hizo la American Pale Ale del título, con la visita de integrantes de la Logia Cervecera.
Estaba un tanto corto de malta por demoras en el pedido, tenía aún stock de APA y había recolectado una larga media bolsa de los sobrantes de los baches anteriores; de modo que con ella hice una cocción pequeña: unos 150 litros finales a 12ºB de DO.
Curiosamente, el fantasma de Mister Murphy revolotea intenso cuando uno tiene visitas; o soy un despelotado que se distrae hablando y se olvida de hacer lo que tiene que hacer. Lo cierto es que, de entrada nomas, me olvidé de preparar el agua con las sales habituales, y sólo me acordé cuando el menjunje del macerado estaba armado.
Así que sólo corregí calcio y sulfatos, estos últimos imprescindibles para el estilo; y controlé el pH.
Todo bien, pH de 5,3; así que no agregué otra cosa. Maceramos algo mas de una hora, y casi sobre el momento de recircular, se despidió la gente de la Logia para retornar a su viaje de vuelta.
Nada mas interesante; salvo, quizá, que corté dos veces la cama de granos para acelerar el lavado.
Fueron al fermentador los 150 litros, inoculé con el fondo de levadura anterior.
Antes, y gracias al microscopio que me ha prestado Anarkin, miré vitalidad con la técnica sugerida de azul de metileno: sin cámara de Neubauer, las células teñidas eran casi inexistentes.
Arrancó muy bien. Al día siguiente soplaba CO2 alegremente.
Veremos.

Párrafo aparte para la reunión del grupo Somos Cerveceros el domingo en Santa Fe. Estuvimos en la fiesta de cierre; con muchísima gente y mucha cerveza. Casi no tomé, porque había que manejar de vuelta; pero recuerdo una IPA de la gente de OWE con un balance excepcional. Llinas, Costablel, Gaggiamo, Pudda, Massara, entre otros, armaron una fiesta excepcional donde me encontré con los amigos cerveceros de todo el país. Va una foto con los muchachos..

martes, 5 de agosto de 2008

Moliendo

Hace unos días estrené moledora nueva. Después de muchas idas y venidas, decidí comprar una de rodillos, manual, a E. Pudda y hacerle montajes para motorizarla.
La moledora venía con rodillos de aproximadamente 5 cm., moleteados, con regulación del espacio entre rodillos. Un engranaje es el tractor y el otro funciona libre; pero tiene un eje extendido que permite montar alguna forma de tracción secundaria. El montaje es básico, tipo sobremesa, pero sin patas. Tiene una manija de quita y pon con un brazo de palanca algo corto para servicios largos y granos duros, pero cómodo para girar.
Los ejes de los rodillos están montados en sendos rodamientos de buen porte y blindaje doble; la estructura de soporte de estos es robusta y de construcción simple. La tolva, algo pequeña de capacidad, es de chapa pintada y de buen calibre, rígida y firme.
Pero yo necesitaba algo que me pudiese procesar 40 kilos de malta con rapidez y bajo esfuerzo, directo a un depósito grande o a una bolsa; de modo que se imponía ponerle patas suficientemente altas para entrara el tacho de transporte, pero suficientemente bajas para que cargar la tolva no fuese una tortura. Y motorolizarla.
Lo primero que decidí es qué geometría de pié utilizaría. La moledora debería estacionarse contra una pared y, eventualmente, fijarse a ella. Opté por un diseño en 'C' para cada lateral, de modo que dejase mucha apertura en la parte anterior; y, si fijaba las patas a la pared, estas fuesen lo mas posterior posible, funcionando como 'ménsulas'.
La base de soporte sobrepasaría ampliamente los costados del aparato, para que abajo cupiesen receptores grandes y arriba disponer de una suerte de mesa auxiliar donde apoyar utensilios.
En cuanto a la motorización, bueno, empíricamente y basándome en los requerimientos de la anterior moledora, me decidí por un motor de 1HP. Siguiendo la consigna de 'recicla y ahorrarás', sólo conseguí uno de esa potencia en 2800 RPM. Ideal para hacer una pulidora, pero poco práctico para una moledora de bajas revoluciones.
Terminó con una reducción de 4,5:1 con poleas simples y correa en V.
Con esa reducción y velocidad, la potencia alcanza perfectamente para moler, pero no el torque para arrancar en carga; de modo que tengo que hacerlo arrancar en vacío y luego le lleno la tolva.
Muele a una velocidad asombrosa, comparada con la anterior: una bolsa de 35 kg. se termina en no mas de 15 minutos. No destruye la cáscara (no me gustan los moleteados, pero este parece suficientemente pequeño para no dañar demasiado), hace buena sémola y harina.
Pero, claro, hay que hacerle algunas modificaciones.
La tolva es pequeña para la velocidad de molido, estoy haciendo una mayor hasta tanto resuelva como ensilar en altura.
La combinación de alta velocidad de molido con material muy seco como la malta hacen del engendro un generador de polvo importante, pero con carga eléctrica (tiene una arquitectura que se parece a un generador de Van de Graaf). El polvo vuela mucho, se pegotea a todo, por lo que habrá que colocarle sistemas colectores de estática y deflectores para el polvo. Por suerte, en esta ciudad la humedad resiste cualquier generación de alta tensión con máquinas de electricidad estática; de modo que el riesgo de chispa es escaso.
El molido es bueno, pero sería deseable ponerle engranajes u otros medios para motorizar los dos rodillos de manera directa; si no arranca con carga, no muerde y hay que girar a mano el segundo rodillo para que empiece a moler.
En mi criterio, sería deseable rodillos de mas diámetro, pero los que tiene son iguales a las de las demás en el mercado, de este tamaño de moledora y en Argentina.
En resumen, la máquina es altamente recomendable; anda muy bien como manual y soporta motorizaciones sin problemas. Su relación precio/prestaciones es excelente.
Así, pues, creo que Enrique Pudda (e.pudda@gmail.com) puede sentirse orgulloso de su producto. Quizás el pueda ofrecer algún sistema de patas, tanto como para piso o para sobremesa que completen la opción...
Aquí, un video del artefacto funcionando:
http://www.youtube.com/watch?v=yEfvJyW31s0