martes, 1 de diciembre de 2009

Filtrar o no filtrar, esa es la cuestión.

Fruto de mi inconstancia, hacia tiempo que no leía nada en la web sobre cerveza (salvo los correos de las listas cerveceras de Argentina, claro). En una de mis esporádicas conexiones a Cara de Libro leí una entrada del Pivni Filosof sobre la Reinheitsgebot y me entró cierta nostalgia de escribir en el blog; al que llevo ¡casi un año! sin actualizar.
Me da cierta vergüenza comprobar que, a pesar de mi desapego, hay gente que todavía lo lee.
En el camino quedaron varias entradas semi editadas, las que ya no tienen actualidad: Barley Wine, la construcción de un fermentador de A. Inox. desde casi cero, etc.
La última cosa mencionable (espero que esta entrada no quede en edición, nada mas) es la adquisición de un filtro de placas.
A instancias y por gestión de Daniel Llinas compramos un filtro de placas usado, de origen italiano; para uso original en enología. Seis placas de 20x20 cm (0,24 m2), separadores de polipropileno, bomba de rodete centrífugo integrada. Le hice un poco de reingeniería, colocándole una válvula de entrada y tubos de conexión de diámetro mas ajustado a los caudales y volúmenes de trabajo.
Como la intención es filtrar la cerveza post-maduración, monté un circuito cerrado de gases para hacer el filtrado bajo condiciones de presurización de CO2.
El resultado es bueno. La cerveza no sólo clarifica y abrillanta (cosmética, al fin) sino que mejora al flavour al retirar los restos astringentes del polvillo de cáscara.
El proceso de filtrado es rápido: una hora para 250 litros, incluyendo el armado, esterilización y limpieza posterior del equipo. La cerveza conserva (y aumenta algo, por las presiones de presurización) la carbonatación de la fermentación primaria.
Se pierde bastante producto (el sistema de filtros de placa de celulosa es abierto, gotea por los bordes); pero no tanto como para llorar; y, además, se puede pasar lo goteado a la consabida botella vacía de gaseosa, para consumirla en casa.
En fin, un interesante proceso resuelto muy bien por el fabricante italiano. Lástima que su precio en Argentina sea desproporcionado a su tecnología y materiales.
Y paro aquí. Es corto, no tiene fotos ni es nada raro; pero lo publico así, a ver si esto arranca de nuevo.